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Crónicas del invernadero

¡Urgente! El invernadero "hace aguas"

Pues sí, estimados lectores, en el invernadero "hace aguas", hace frío y hasta hace ruido que te quedas sordo con la granizada (cosa muy conveniente cuando la Maruja prende su radio).

El domo vanguardista-industrial que cubre nuestras cabezas adolece de varios defectos. No. 1: Tiene una gotera justo sobre la sesera de la Diana (hasta el cierre de esta edición solo se ha podido contabilizar una, pero no nos arriesgamos a cerrar el conteo hasta el día de mañana o hasta quién sabe cuando). No 2. Hace un frío que te cagas. No. 3. Hace un calor que te pudres. No. 4. Y ya que estamos remilgones, es feo.

Luego de reportar el particular al sujeto encargado de cuyo nombre no queremos acordarnos, como era de esperarse, NO PASÓ ES NAAAAAADA.

Nos aprovisionaremos de paraguas e impermeables para que esta cuasi-intemperie en la que habitamos no termine por resfriarnos.

 

Fin de la transmisión

 

 

ANEXO 1: Maruji's playlist

  1. Tiempo de Vals - Chayanne
  2. En un pequeño motel - GaliyGaliano
  3. Tarjetitas - Tercer mundo
  4. y un largo etcétera que nuestra mente ha bloqueado...

¡De última hora!

¡De última hora!

¡POR ESTO NO ACEPTA FRILOS!

¿A que no adivinás por qué nuestro refuerzo foráneo ha pasado tan desapercibido últimamente?

Nuestro corresponsal, el agente encubierto, Sánchez, Lucho Sánchez, nos ha hecho llegar, de manera muy discreta como le caracteriza, un material fotográfico, que de repente apareció, como por arte de magia, frente a las instalaciones de una prestigiosa y tuneada editorial de la capital, en donde se aprecia a nuestro corrector estresha promocionando un producto lácteo. Varias han sido las reacciones de todo el staff en el nido de ratas ante tan provocadora imagen, que al final, solo responde incontables dudas acerca de las actividades clandestinas que se encuentra realizando el mimado de la corrección latinoamericana. Esperamos que esta prueba fidedigna llegue a las manos de hierro en la jefatura de corrección.

Fin de la transmisión.

Reporte de los "avances" en las reparaciones de la primigenia nave nodriza Editorial 1

1. Dos o tres paredes derrocadas.

2. Mucho polvo.

3. Algunos paneles instalados aquí y acullá.

 

Nota aclaratoria: Al parecer los contratistas no son Da Vincis, como en un principio se dio a entender, sino de Vinces, provincia de Los Ríos.

Editorial Quest 1 for Wii

Editorial Quest 1 for Wii

Finalmente, después de arduos intentos de nuestro video gamer number one, don Fernando, Nintendo accedió a sacar al mercado geek lo último en guaracha virtual, el juego esperado por muchos, el poco afamado y muy criticado, el siempre atrasado y fuera de cronograma, E D I T O R I A L   Q U E S T   1 (léase con voz del buen hombre que anuncia todos los éxitos taquilleros de Hollywood).

- Increíbles aventuras en el mundo editorial.

- Miles de niveles y cronogramas imposibles de pasar.

- Decenas de herramientas editoriales nunca antes usadas.

- Toneladas de material en bruto por licitar pero que siempre puede ser reciclado de niveles anteriores.

- Escenarios variados, complejos y muy poco funcionales, gracias a un selecto grupo de dudosos arquitectos, descerebrados diseñadores de interiores, y waxantes albañiles.

- Más de cuarenta personajes, todos con los nervios alterados y con pésima remuneración.

 

E D I T O R I A L   Q U E S T   1

 ¡Adquiérelo ya en tu pirata de confianza!

(Personajes extra en próximas actualizaciones)
PG +/- 0

Crónica de un secuestro

Hasta los confines del invernadero había llegado la noticia de que el café que hacían en el Nido de ratas era muy bueno. Hoy por la mañana, cuando visité el Nido para diligencias laborales y/o de mensajería, pude comprobarlo por mí mismo. Gonzalo Arias, mejor conocido en el bajo mundo de la diagramación con los seudónimos de Gonzadamus, El monstruo de Machala y Galán de cebichería; además de llevar en su prontuario la agresión verbal y física a varios reporteros de este medio, era el responsable de la preparación de la bebida. 

Amable lector, para alguien que había renunciado a la esperanza de una taza de café decente durante las horas de oficina (a no ser que fuera al Cyrano), el café del Nido me supo bastante bien. No se diga si se lo compara con esa agua sombría que nos preparan acá, que se encuentra mucho más cerca de ser aceite quemado de motor que cualquier otra cosa. Así que muy alegre bebí sorbo a sorbo mi bebida y regresé contento al Invernadero. 

Luego del almuerzo, cuando los vicios del cuerpo se despiertan y sobreviene el antojo de fumar un tabaco y tomar un buen café, me decidí a cumplir este último deseo y me encaminé hacia el Nido con la sensación de estar yendo hacia la Fuente de la eterna juventud. Me acompañaban la Pepa, la Ivo y Sandra 'Machete' Corrales (aunque más tarde descubriría que se trataba de Gioconda Corrales, su gemela satánica).

Me tomé mi taza de café, departí con mis colegas y en el momento en que me preparaba a abandonar el Nido para regresar a mi puesto de trabajo, una fuerza sobrenatural me inmovilizó por completo, al mismo tiempo que una voz me ordenaba: "No te vayas, espérate un ratito para que te lleves una carpeta". Se trataba de la presencia espectral de Gioconda Corrales disfrazada bajo la inocente figura de la Sandrita. Algo superior a mis fuerzas me detenía, estaba pegado a la silla vecina de Gioconda y no podía levantarme. Traté de disimular mi desesperación jugando Space Invaders y como a los cinco minutos, con total decisión, intenté ponerme en pie. Pero de nuevo la mirada fulminante de Gioconda me detuvo y no tuve más remedio que seguir allí por más de 20 interminables minutos en los que, a merced de la infinita maldad de Giocondita, vi mi vida pasar lentamente ante mis ojos. 

Quiso el destino que la mentada carpeta no fuera en realidad para nadie del Invernadero, con lo que Gioconda distrajo su vigilancia hacia mí, oportunidad que aproveché para escapar. Crucé la Eloy Alfaro a toda prisa y por primera vez en mucho tiempo divisé con alivio la fachada de nuestro edificio. 

Recuperándome todavía del ataque telepático de Gioconda, escribo estas líneas para que los futuros expedicionarios que se aventuren a pisar el territorio del Nido estén al tanto de sus peligros y recuerden que tal como en los cuentos hay siempre un dragón o algún ser maligno custodiando a la princesa, en el Nido está Gioconda acechando a los amantes del buen café. 

 

Fin de la transmisión

Día 5 - Primera semana

Luego de todas las vicisitudes propias de la mudanza y pasada ya buena parte del proceso de adaptación a nuestro nuevo recinto, la primera semana en él vence hoy. He aquí un balance:

 

-Dadas las grandes capacidades para la planificación arquitectónica de los Da Vinci’s que nuestra empresa tuvo a bien contratar, el lugar en el que estamos es de carácter (cito palabras de la Beticita) homeotermo: cuando hace frío afuera te cagas de frío aquí adentro; cuando en el exterior nuestro Sol quiteño pega fuerte, aquí adentro te sudan hasta las p...estañas.

-Si están pensando en remodelar sus hogares, deberán tener en cuenta que lo IN ahora es poner sifones que, en realidad, ¡oh tontos de nosotros!, no son sifones; a pesar de tener todas sus características no cumplen con tan vulgar función como la de evacuar el excedente de agua en el piso para evitar inundaciones y demás minucias. No, señor. Son la última proeza del arte conceptual, objetos resignificados que bien podrían querer representar la bondad de Dios en el universo o el deficiente sistema educativo de nuestro país.

-Nos arrimaron como a muebles y aquí seguimos y allá siguen (los del Nido), ¡juventud rebelde de la patria! Así que parafraseando a Peter Griffin: No importa si las paredes del lugar en el que te arriman son negras, blancas o rojas; no importa si el reducido espacio vuelve nuestras vidas un poco más grises: el único color que importa es el verde del dinero.

 

 

P. S. 5:20 p. m. La lluvia arreciaba y nuestros cuerpo tiritaban. Cuando quisimos cerrar las ventoleras, descubrimos que no lo hacen del todo. Cuando intentas bajar el dispositivo que debería cerrarlas te topas con, ¡crueldad del destino!, con... la pared. Otro detallazo de los amigos constructores, quienes para mala suerte de los judíos no fueron los contratistas ganadores para hacer las cámaras de gas. (Prometo no hacer más chistes de judíos).

 

 

Fin de la transmisión

Día 5 - El paraíso prometido

Día 5 - El paraíso prometido

"Anilú plantó un jardín en Quito llamado Edén, y colocó allí a los correctores que había formado" (Génesis 2: 8-9).

 

Grande y peligrosa es la expectativa de un futuro mejor, especialmente aquí, en el Invernadero, donde varias promesas se han visto olvidadas en ese limbo que forma el frío mañanero al convertirse sin tapujos en el sol incandescente de la tarde. Y, aun así, las autoridades siguen alimentando día tras día la idea de una nueva e inminente mudanza, esta vez al Paraíso. Tenemos miedo.

Ya estamos parcialmente acostumbrados a nuestro cuchitril, helado o incinerante pero siempre inhóspito. Ya sentimos como nuestro el látigo tácito de la nueva supervisora, la Maruja, quien ha llegado a intimidarnos a pesar de no prestar atención (y con ojos libidinosos) más que al Dr. Sánchez. Ya nos hemos hecho al dolor de tener cinco centímetros cuadrados de espacio personal para mover el mouse. Ya comprendimos que, si estiramos los pies mientras trabajamos, desconectamos la máquina de enfrente. Y, sin embargo, seguimos oyendo acerca de un futuro traspaso. Tenemos miedo, porque una nueva decepción podría acabar con nuestra ya de por sí frágil psique.

"En su nuevo sitio de trabajo contarán con una laptop para cada uno, Wi-Fi, tabacos ilimitados, un minibar bien equipado, piscina climatizada y hamacas para descansar", nos tientan. "Además, habrá modelos de Brahma (para los chicos) y de Calvin Klein (para las chicas) para que mantengan la sonrisa: queremos que sean felices". Lo somos a medias en el Invernadero; ¿lo seremos completamente en el Paraíso? ¿Será el Paraíso como lo pintan o estaremos pecando de ingenuos?

Tenemos miedo.

De los avatares de la estrechez o cómo aprendí a dejar de temer a los espacios cerrados y amar a la claustrofobia

Nunca me han gustado mucho las concentraciones de gente, menos aún en espacios cerrados donde la estrechez es inversamente proporcional a la calma interior que uno arduamente lucha por mantener en el lugar de trabajo. Así que desde que nos mudamos al Invernadero he tenido que vérmelas con esta especie de aversión al excesivo contacto humano.

Todo se resume en un ambiente de "tensa calma" como les gusta decir a los periodistas para referirse desde al lugar donde ha ocurrido un atentado terrorista hasta al jardín de infantes donde las madres protestan por el desayuno escolar. Hay un silencio delicado que se proyecta desde los rostros cejijuntos de los que trabajan en sus computadoras o en sus dibujos. Uno teme hacer hasta el más mínimo movimiento que podría interrumpir las hondas cavilaciones metafísicas del Luis Fi o de Pesántez. Es más, es tan incómodo todo que hasta parece que los demás podrían escuchar tus pensamientos. Tengo miedo, incluso, de que el teclear que ahora hago para escribir esto pueda estar incomodando a alguno de mis vecinos, por lo que antes de que uno de ellos se abalance sobre mí empuñando su esfero de rojo o portaminas o pincel, termino mi nota y me despido, sigilosamente, desocupados lectores.

Pérdida y recuperación del trono de la matriarca

Bitácora del capitán, día 4.

Hace pocos días, en una de las múltiples expediciones hacia las tierras de desecho del segundo piso, el buen Gordillo realizó tareas carroñeras y, ¡oh, singular presa!, encontró abandonado en un oscuro rincón el trono de la matriarca. Sin disimular su alegría, se apropió del botín y lo bajó trabajosamente por las hórridas gradas del edificio. Ya en el Invernadero, se sentó en el trono y por un par de días sintió todo su poder.

Pero, oh, desgracia inimaginable, hoy la matriarca volvió por lo suyo y, al descubrir al ladrón, lo sometió con facilidad y lo humilló públicamente al hacerlo cargar con el pesado trono por parte de la Eloy Alfaro. No contenta con eso, y para dejar bien en claro quién sigue siendo la soberana tanto del Invernadero como del Nido de Ratas, también inflingió, gratuitamente, un castigo similar a Luis Felipe Sánchez. ¿Quién sabe a qué otros vejámenes y/o felaciones fueron sometidos estos pobres muchachos?

Día 4 - Un espectro en el Invernadero

Era demasiado temprano, por eso no podía ser ella. Recién eran las 9 y media; no había forma de que fuera ella. Pero, claro, de eso nos percatamos cuando ya se hubo ido, cuando se hubo esfumado más allá de la 6 de Diciembre sin mirar nunca hacia atrás.

Llegó sonriente, demasiado sonriente, por eso no podía ser ella. Los que estamos acostumbrados a verla agobiada por las unidades de la Bettycita supimos allí, muy dentro de nosotros, que no era ella. Lo primero que dijo al llegar fue: "Yaff, un tabaquito", y nos guío con una sonrisa fuera del Invernadero. Creo que, incluso, traía tabacos, tabacos propios, ¡comprados, no remados!; por todo eso, repito, no podía ser ella.

Tendremos que aceptar que lo que vimos fue un espectro y, lentamente, superarlo. Era un espectro con la forma y la voz de nuestra amiga y colega Silvia "Cuello de Botella" Andrademarín. Era tan sólo un espectro de la verdadera Silvia, que por estas horas estará en su departamento enterrada bajo montañas de carpetas y archivos de Word, trabajando contra viento y marea para salir a flote (sííí, de ley...). Todos aquí nos compadecemos de ella.

The unforgiven

Posterior al éxodo cuasi Ipso Facto, al efecto axe de reversa, que el espía Sánchez… Lucho Sánchez, experimentó, se dio un acontecimiento nunca antes visto y peor esperado. Nuestra compañera la "Tufis", como se le conoce en el bajo mundo de las amiguis, nos repartió tremenda telenovela mexicovenezolana acerca de (hago una cita textual de sus palabras) "la merienda de negros" que estábamos protagonizando. Obviamente, a continuación, lo primero que ocurrió, fue la ceja al aire del que ya saben, que se vio afectado al momento de escuchar la palabra "negros" y, posteriormente, los presentes en el afamado y compacto nido de ratas, procedimos a mirarnos las caras ante tan bizarra experiencia que rayaba en lo que nuestra compañera pulga atómica Nan describió como (hago otra cita textual de sus palabras) "que tal, ahora los pájaros disparándole a las escopetas.

La paz se renueva con un solo acto de risotadas acompañado con ese tan particular silencio incómodo que nos caracteriza.

May the force be with y’all…

Día 3 - ¡Urgente! - La Gaceta del Invernadero

Día 3 - ¡Urgente! - La Gaceta del Invernadero

Se encuentra harén de "Bestia" Quiñónez tras dōjō de aikido

Dos de sus concubinos trabajan en importante editorial de la capital.

 

 

Ha llegado a nuestra redacción la impactante noticia del descubrimiento (y posterior desmantelamiento) del harén del famoso púgil esmeraldeño Jaime "La Bestia" Quiñónez. Dicho local funcionaba en las inmediaciones traseras de un dōjō de aikido ubicado en el norte de Quito, según pudimos constatar.

El harén de Quiñónez estaba formado, al momento del desmantelamiento, por la impresionante cantidad de 15 mujeres y, lo que resulta más curioso, dos hombres. "No hago distinción de género, y, aparentemente, ellos tampoco", expresó el boxeador en una entrevista exclusiva a LA GACETA. "Las mujeres solían ir y venir según quisieran; algunas se ausentaban por meses. Sin embargo, mis dos ’amigos’ eran clientes frecuentes: no faltaban ni un solo día", explicó, y soltó una carcajada.

Además, contó que dedica mucho tiempo a ejercitarse en el gimnasio. "Paso todas las tardes allí, trabajando con ñeque; no es fácil satisfacer a tanta gente. Es más, en un gimnasio conocí a uno de mis clientes varones", e inmediatamente se corrigió, "bueno, no tan varón, jaja". "El otro suele venir a practicar aikido en este mismo local, y, cuando se cansa de que lo golpeen, se pasa un rato por el harén para recibir cariño", nos informó, risueño.

Por motivos de confidencialidad, la Policía se rehúsa a proveer los nombres de los dos sujetos implicados. Sin embargo, periodistas de LA GACETA pudieron confirmar que trabajan en una importante editorial de la capital, que uno es riobambeño y que el otro no pesa más de 130 libras.

Los mantendremos informados.

Informe condifencial

Luego de una jornada que comenzó a las 8h00 a. m. con cuatro páginas para corregir que, según la Anilú, necesitaba de un batallón de correctores, aquí las principales novedades.

1. Después del primer tabaco, el ambiente comienza a caldearse y hacia las 12h00 el "Nido de ratas" se convierte en sauna. La humedad rebasa el 80% y los desodorantes comienzan a perder eficacia.

2. Ausencia de Internet (agradezco aquí a Nancy porque, al verme sin la droga del Facebook, muy amablemente me prestó un libro cuyo autor no puedo, mejor dicho, no quiero acordarme).

3. Archivador privado: Ya lo decía Beckett: "Cuando estamos en la mierda hasta el cuello, no nos queda más que cantar." Cuando disminuye el espacio, la imaginación se expande. Esto lo pude constatar al pedir una carpeta a Nancy. Ella la extrajo de su "archivador privado": ¡estaba sentada encima de las carpetas!

 

Informe de expedición

Los sobrevivientes del naufragio de la primigenia nave nodriza Editorial 1 hemos logrado establecer un campamento de refugio en tierras bajas. El clima, hasta ahora favorable, empieza a volverse más caluroso y los primeros signos de deshidratación han empezado a mermar los ánimos de la tripulación.

Antiguas profecías hablaban de un segundo campamento de sobrevivientes en los extramuros de nuestro territorio, pero lo que hasta hace poco era solamente mitología ha sido confirmado como cierto luego del informe presentado por el pionero Sánchez y los primeros avistamientos de seres moderadamente similares a nuestra raza, con excepción de algunas variantes anatómicas ya documentadas por otros expertos de la tripulación como pobladas cejas cubriendo casi la totalidad de la frente, vientres pronunciados de algunos machos (lo que podría ser señal de una raza antigua de una era donde los titanes dominaban los confines de la diagramación y contaban con una flora y fauna acorde a su volumen), entre otros. 

Ignoramos si conocen "el comercio de la palabra" o si sus costumbres son bárbaras o civilizadas. En todo caso, parecen estar a años luz de evolución de unos vecinos que están a dos pisos sobre nosotros (Para más datos, ver el estudio del Dr. Sánchez: "¿Es posible la vida inteligente más allá del piso 2?").

Live long and prosper.

 

Fin de la transmisión

Luis Felipe Sánchez: 'Fue terrible'

Nuestro corresponsal de guerra, Luis Felipe Sánchez, todavía estaba aturdido cuando regresó. Sus profundas ojeras y el quejido que de a ratos emitían sus dientes al chirriar delataban una estadía infortunada en campo enemigo. "Tenía a mi lado a la Fer Tu.", dijo. Una mueca de dolor se hizo presente en su rostro: "¡No paró de hablar todo el rato!".

Sánchez había recibido un comunicado de las generales Arauz y Yánez en el que se exigía su presencia en el Nido de Ratas. Sin embargo, al llegar allí pudo observar las penosas condiciones de trabajo. "No tenía una mesa fija; tuve que andar rotando de acá para allá... Finalmente me establecí en una computadora. Cuando me di cuenta de que no tenía Internet, ya era demasiado tarde... Fue terrible", relató, con lágrimas aflorando tras sus negras gafas de gángster.

Contó, además, de un nuevo tipo de tortura implementado en campo enemigo: el reguetón. Sánchez pensó que provenía de unos parlantes camuflados bajo las mesas, pero luego constató que las canciones tenían la inconfundible impronta machaleña de Gonzalo "El Ruiseñor" Arias. Muy cerca de él, las experimentadas terroristas Novillo y Corrales esgrimían un látigo y un machete, respectivamente, intimidando a nuestro corresponsal.

No había rastro de la habitual tranquilidad de nuestro compañero; no obstante, los términos que utilizó al narrar su historia corroboraron que, afortunadamente y en contra de lo pensado hasta hoy, se encuentra en sus cabales. "En este preciso instante me siento indispuesto para retornar a la trinchera. Empero, por un par de ’balas’ me enfrentaría nuevamente a tales monstruos", explicó, haciendo una clara referencia a los habitantes del Nido de Ratas.

El oscuro visitante del más allá

Bitácora del capitán, segundo día.

 

A pesar de los oscuros presagios, el solarium en el que nos encontramos dista mucho de ser un lugar caliente como el infierno. Lo único que perturba mi existencia en este cálido reducto de paz es el oscuro visitante del más allá. Parcialmente oculto bajo una horrible visera de cartón se encuentra un diagramador perdido, que se niega a abandonar este barco. Sin que yo lo desee, y debido a su  voz de barítono, ya sé mucho acerca de su vida... cosas que no quisiera saber ("Cuando buscamos unos culitos"; "Hola, mi nenita, ¿almorzamos hoy?", etc.). Además, el constate chirrido de su asiento puede poner fin a mi paciencia rápidamente.

Debo cuidarme mucho de no desviar la mirada de mi pantalla ya que podría toparme con la hórrida imagen del oscuro  visitante y su lucha inacabable con la molesta mucosidad que se aloja en su nariz.

Reportaré cualquier novedad.

Dios, Patria y Libertad.

Día 2 - ¡Urgente! - La Gaceta del Invernadero

Descubren el fraude de Romanov

Informante anónimo da cuenta de un ingenioso método del fingido ex-fumador.

 

A primera hora nos ha llegado a esta sala de redacción un informe de una fuente que prefiere permanecer en el anonimato, según la cual el ciudadano de nacionalidad argentina Alejandro Romanov (más conocido en el bajo fondo con el alias de "Alejo") habría estado estafando a sus compañeros de trabajo en una apuesta en la que el gaucho supuestamente ganaría si dejaba de fumar. Las primeras versiones indican que su modus operandi consistiría en repetidas visitas a los baños para el recambio de supositorios de nicotina elaborados artesanalmente por él mismo, lo que explicaría la total falta de los síntomas de ansiedad propios del síndrome de abstinencia y una leve felicidad permanente.

Las autoridades pertinentes ya han sido informadas, mientras que sus indignados colegas han manifestado su molestia y/o repulsión por tan nefando proceder. Los mantendremos informados.


Infografía - Modus Operandi

Infografía a cargo del equipo de ilustración.

 

Otro día 1 - Mucho sol y poco calor humano

Sin máquinas, el Invernadero parecía un sitio fresco y agradable: piso con baldosas símil piedra de cueva neolítica, paredes blancas, un techo muy sofisticado con apariencia industrial y las vituallas muy cerca, a la distancia de un escupitajo (la Marujita comprobó esto último apuntándole al lente izquierdo del Luis Felipe; los reflejos de mi compañero pudieron más). Con máquinas, pese a nuestros temores, la situación no cambió mucho.

Apenas al principio hubo un amago, una pequeña ola de calor, producto quizá de la resolana vespertina y del esfuerzo de la mudanza. Luego, al cambiar de buenas a primeras el insidioso clima quiteño, como es su costumbre, fue más bien el frío lo que predominó. Me vino a la mente el muy pensado posicionamiento de los trabajadores (?) del ex cubil de Matemática: no por casualidad estaba el Orlando en la entrada; lo que él hacía, para nuestra comodidad, era detener el viento con sus cejas. Aquí no hay nadie con tremendas vellosidades superciliares (Traducción: "Aquí no hay nadie con tremendo tuco’e’ceja"). Mucho frío para los correctores, de tibio corazón.

Asimismo, recién llegados nos encegueció por un momento el poder del sol andino. Aquellos de espaldas al ventanal tuvieron que instalar unas improvisadas viseras de computadora para poder ver la pantalla. Según la habilidad del implicado, había viseras que se sostenían por sí solas y otras para las que había que usar la cabeza, literalmente. Para mitigar esta dificultad, nos han avisado que mañana ya habrá un cobertor negro. Los más optimistas calculamos que lo traerán en marzo. Por lo pronto, es mucho sol para los ilustradores, de corazón nebuloso.

Día 1 - Tarde - Desde el Nido de ratas 1.0

Nos arrimaron a correctores e ilustrators al dizque comedor. Vecinos de la Maru (Dios nos proteja), todavía con un embriagante aroma a thinner y una iluminación generosa que molesta en las pantallas.

El gordo Gilmour a todo volumen en los audífonos y la gente que entra y sale a por un tentempié.

Para recordarme que siempre se puede estar peor, esta foto de fondo de pantalla:

 Aushwitz

Y si no se convencen, miren esta:

The last jew.

La primera tarde

Al parecer van a aflorar los más oscuros secretos y/o/u fobias de algunos integrantes de este forzado destacamento al que nos hemos visto obligados a pertenecer. Desde los leves ataques claustrofóbicos que afloran lentamente en nuestro colega Gonzalo, hasta los cada vez más marcados psicohomosexomorbocolonoscópicos traumas del riobambeño migrante. 

Todavía no estamos todos…