Día 5 - Primera semana
Luego de todas las vicisitudes propias de la mudanza y pasada ya buena parte del proceso de adaptación a nuestro nuevo recinto, la primera semana en él vence hoy. He aquí un balance:
-Dadas las grandes capacidades para la planificación arquitectónica de los Da Vinci’s que nuestra empresa tuvo a bien contratar, el lugar en el que estamos es de carácter (cito palabras de la Beticita) homeotermo: cuando hace frío afuera te cagas de frío aquí adentro; cuando en el exterior nuestro Sol quiteño pega fuerte, aquí adentro te sudan hasta las p...estañas.
-Si están pensando en remodelar sus hogares, deberán tener en cuenta que lo IN ahora es poner sifones que, en realidad, ¡oh tontos de nosotros!, no son sifones; a pesar de tener todas sus características no cumplen con tan vulgar función como la de evacuar el excedente de agua en el piso para evitar inundaciones y demás minucias. No, señor. Son la última proeza del arte conceptual, objetos resignificados que bien podrían querer representar la bondad de Dios en el universo o el deficiente sistema educativo de nuestro país.
-Nos arrimaron como a muebles y aquí seguimos y allá siguen (los del Nido), ¡juventud rebelde de la patria! Así que parafraseando a Peter Griffin: No importa si las paredes del lugar en el que te arriman son negras, blancas o rojas; no importa si el reducido espacio vuelve nuestras vidas un poco más grises: el único color que importa es el verde del dinero.
P. S. 5:20 p. m. La lluvia arreciaba y nuestros cuerpo tiritaban. Cuando quisimos cerrar las ventoleras, descubrimos que no lo hacen del todo. Cuando intentas bajar el dispositivo que debería cerrarlas te topas con, ¡crueldad del destino!, con... la pared. Otro detallazo de los amigos constructores, quienes para mala suerte de los judíos no fueron los contratistas ganadores para hacer las cámaras de gas. (Prometo no hacer más chistes de judíos).
Fin de la transmisión
2 comentarios
el Roque -
Alejo R. -