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Crónicas del invernadero

Pérdida y recuperación del trono de la matriarca

Bitácora del capitán, día 4.

Hace pocos días, en una de las múltiples expediciones hacia las tierras de desecho del segundo piso, el buen Gordillo realizó tareas carroñeras y, ¡oh, singular presa!, encontró abandonado en un oscuro rincón el trono de la matriarca. Sin disimular su alegría, se apropió del botín y lo bajó trabajosamente por las hórridas gradas del edificio. Ya en el Invernadero, se sentó en el trono y por un par de días sintió todo su poder.

Pero, oh, desgracia inimaginable, hoy la matriarca volvió por lo suyo y, al descubrir al ladrón, lo sometió con facilidad y lo humilló públicamente al hacerlo cargar con el pesado trono por parte de la Eloy Alfaro. No contenta con eso, y para dejar bien en claro quién sigue siendo la soberana tanto del Invernadero como del Nido de Ratas, también inflingió, gratuitamente, un castigo similar a Luis Felipe Sánchez. ¿Quién sabe a qué otros vejámenes y/o felaciones fueron sometidos estos pobres muchachos?

3 comentarios

Mauricio M. -

Desagradable, sí, pero me pareció la más apropiada, especialmente debido al tiempo que los muchachos demoraron en volver.

Alejo R. -

Mmm... "felación" es una palabra un tanto fuerte y, sobre todo, desagradable (en este caso, por supuesto).

Alejo G. -

Doy fe de ello. Para más INRI, la Matriarca no me permitió bajar la Eloy Alfaro montado en su trono al grito de Gûiiií!!!, citando al poeta Homero Simpson.