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Crónicas del invernadero

El oscuro visitante del más allá

Bitácora del capitán, segundo día.

 

A pesar de los oscuros presagios, el solarium en el que nos encontramos dista mucho de ser un lugar caliente como el infierno. Lo único que perturba mi existencia en este cálido reducto de paz es el oscuro visitante del más allá. Parcialmente oculto bajo una horrible visera de cartón se encuentra un diagramador perdido, que se niega a abandonar este barco. Sin que yo lo desee, y debido a su  voz de barítono, ya sé mucho acerca de su vida... cosas que no quisiera saber ("Cuando buscamos unos culitos"; "Hola, mi nenita, ¿almorzamos hoy?", etc.). Además, el constate chirrido de su asiento puede poner fin a mi paciencia rápidamente.

Debo cuidarme mucho de no desviar la mirada de mi pantalla ya que podría toparme con la hórrida imagen del oscuro  visitante y su lucha inacabable con la molesta mucosidad que se aloja en su nariz.

Reportaré cualquier novedad.

Dios, Patria y Libertad.

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